Wednesday, March 14, 2007

LA INMIGRACIÓN Y SU INTEGRACIÓN

En la actualidad es inconcebible imaginar que sería de nuestro país sin la inmigración. Cuando hace unas décadas Alemania, Francia y Reino Unido eran los destinos favoritos, como polo de atracción de trabajadores, ahora España se encuentra en uno de los puestos privilegiados de todo el mundo para todo aquel que busca nuevas oportunidades y, en definitiva, mejorar su calidad de vida.
Es un fenómeno que más que por cantidad (que no es mucha en comparación con otros países europeos) es por el número de población recibida en tan poco tiempo. Más de cuatro millones de personas, llenas de ilusiones y con ganas de labrarse un futuro mejor, han decidido abandonar todo lo que tenían y marchar de su país para venir al nuestro. Afortunadamente y no pudiendo ser de otra manera, si se pone la voluntad política y los medios necesarios, la inmensa mayoría de gente que ha venido para vivir y trabajar está perfectamente integrada.
España, a día de hoy, es uno de los países referentes y más tolerantes con la llegada de inmigrantes. Sin duda tiene mucho que ver con las penurias que nuestros mayores han pasado, no hace tanto aunque algunos se empeñen en olvidarlo, hace pocas décadas. De hecho, hay bastante más de millón y medio de español@s repartidos por todo el mundo, por lo que la cifra es para pararse a reflexionar.
Nuestra ciudadanía ha conocido bien lo que es dejar atrás media vida, y esto se dice rápido, para continuar la otra media yendo a un sitio desconocido, en muchos casos no conociendo ni la lengua, para encontrar un lugar donde poder vivir con dignidad.
Ahora, en cambio, nosotros tenemos muchos de los ingredientes para atraer a personas de todo el planeta para decidir emprender una nueva vida entre nosotros. Esto es producto de la inmejorable situación económica que vivimos. No hace falta ser un sabio para percatarse que un país que crece es un país que atrae inmigrantes. Así que debemos estar satisfechos de haber realizado un buen trabajo, aunque no podemos caer en la autocomplacencia y debemos continuar en esta dirección.
Siempre hay quien dice que ya hay suficientes trabajadores de fuera y que no hacen falta más. Esto, normalmente, viene dado por la ignorancia, el racismo y el miedo a lo distinto. Pero lo que está claro es que si queremos seguir creciendo y dando nuevas oportunidades necesitaremos una media de 250.000 empleados más por año. Así que con esta mano de obra todos salimos beneficiados.
Por un lado, y aunque suene egoísta, nosotros, ya que sin ellos no podríamos mantener nuestro nivel de vida y por otro lado, ellos, para poder progresar personal, económica y socialmente.
De tal forma que conociendo que lo que ansían es poder vivir en paz y ganarse la vida honradamente, deberíamos hacer el mayor esfuerzo posible para conseguir su mejor integración. Hemos de ser conscientes que nadie deja a su familia y a sus amigos (entre otras cosas) sino es por necesidad y por causas de fuerza mayor y se ha de gestionar de la manera más eficaz esta nueva diversidad, evitando la discriminación y las desigualdades.
Han de desaparecer los recelos que unos y otros puedan tener. No podemos permitir que una parte de la sociedad quede en exclusión y en la marginación y se ha de luchar por la convivencia donde todos y todas seamos ciudadanos con igualdad de oportunidades.
La integración de los inmigrantes es uno de los mayores retos de las próximas décadas y no supone sólo dejar que la persona se ubique geográficamente dentro de nuestras fronteras, sino que lo fundamental es integrar culturas, tradiciones y lenguas diferentes. Entre todos podemos construir un magnífico modelo de convivencia social. La inmigración está aportando mucho a nuestra sociedad y con esto, cada vez, la población española va a ser más madura.
Como vías de entendimiento han de equipararse las infraestructuras sociales con la población actual, para que no haya sensación de invasión de los espacios públicos. Educadores sociales y mediadores interculturales son más necesarios que la policía para vertebrar la sociedad. Habiendo recursos económicos y implicándonos todos para lograr una mejor integración (respetando ellos nuestra forma de vivir y nosotros también la suya, pero siendo ambos abiertos a entender otras formas de vida con distintas costumbres) iremos resolviendo los futuros problemas que puedan ir surgiendo. Sobretodo teniendo empatía (poniéndonos nosotros en su lugar y ellos en el nuestro) y compartiendo opiniones, seremos capaces de abordar este tema con buenos resultados.
Es importante ser consciente que todo país desarrollado está abocado al mestizaje y que la interculturalidad aporta extensa riqueza a nuestra sociedad. No se ha de tener preferencia hacia los países, sino hacia las personas. Y el gran reto es que nuestra sociedad ante estos nuevos desafíos no se venga abajo sino que aprenda y crezca para construir, entre toda la ciudadanía, un país más moderno, diverso y plural.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home