Tuesday, September 19, 2006

EL HOMBRE DE LAS CHAQUETAS

Érase una vez un niño llamado Federico. Nacido en Orihuela del Tremedal (Teruel) en 1951 e hijo de maestros, estudió bachillerato donde tuvo de profesor, entre otros, al cantautor y político José Antonio Labordeta.
Posteriormente, debido a sus inquietudes literarias decidió trasladarse a Barcelona en 1971, para comenzar su vida universitaria. Curioso la verdad, ya que a las tierras y gentes catalanas siempre las ha maldecido y considerado lo peor de lo peor.
Pero bueno, él no se rindió y continuó sus estudios universitarios para acabar licenciándose en Filología Hispánica y realizar una tesis doctoral.
Él, según dicen en aquella época, un joven comprometido con la sociedad, no dudó en comenzar sus primeras andanzas en el tema de lo político militando en el Partido Comunista.
Con lo que me pregunto yo ¿qué desayunaba este hombre en aquellos años? para pasársele por la cabeza estas ocurrencias, conociendo sus posturas derechistas actuales.
También, durante el franquismo, de forma inexplicable colaboró en revistas de extrema izquierda, lo cual le hace a uno pensar lo centrado que en aquella época estaba. Esto perduro hasta finales de los años setenta donde ya empezó a moderar sus posiciones izquierdistas.

Incluso publicó, y esto no tiene desperdicio, ediciones comentadas sobre los discursos de Manuel Azaña, presidente de la Segunda República, del que fue gran admirador hasta la lectura de los libros de Pío Moa sobre ese período.
Y yo me cuestiono si después de ser partidario de la extrema izquierda a uno le pueden gustar libros de extrema derecha. Esto es una contradicción difícil de asimilar. Más bien diría yo, un sinsentido.

Pues nada, con tantas lecturas que él hacía, decidió también escribir incansablemente, llegando a trabajar en distintas revistas y diarios, como El Viejo Topo, Diwan, ABC, El Mundo, Diario 16, El País, todos ellos de ideología variada y distinta.
Esto es otro de las paradojas de la vida, y es que le quedaron pocos lugares de prensa en los que colaborar. Así que hasta que se dió cuenta de su verdadera postura estuvo dando bandazos de un lado a otro.

Pero es que ni corto ni perezoso, no se le ocurre otra cosa que en 1980 presentarse como candidato, haciendo campaña electoral por el PSA (Partido Socialista Andaluz) de Rojas Marcos en las elecciones Autonómicas de Cataluña. Según él, su objetivo era defender los “maltrechos “derechos culturales y cívicos de todos los españoles inmigrantes que no defienden el PSOE-PSC y el PSC-PSUC por estar influenciados, estos partidos nacionales, por su sector nacionalista. Esto es de risa. No me asombra que solo obtuviera algunas palmaditas en la espalda como diciendo “amigo te has lucido” y un par de escaños totalmente insuficientes para influenciar en el Gobierno de la Generalitat.
Con posterioridad, lamentablemente sufrió un atentado terrorista el 21 de mayo de 1981 reivindicado por el Grupo Terrra Lliure, organización independista ya desaparecida, en el que resultó herido en una pierna por disparo de pistola. Y esto fue el detonante que le hizo ya de una vez por todas, jurar en voz alta y bien alto, “yo, Don Federico, jamás volveré a ser de izquierdas” ( rollo Lo que el viento se llevó).

Actualmente, además de otras cosas, sigue haciendo programas de radio, que es lo que últimamente a él más le divierte. Sobretodo desde que encontró trabajo en la cadena de radio actual en la que está en su salsa.
Pero se ha de puntualizar que el estilo y las formas de Don Federico, en su programa matinal, dejan mucho que desear. Muchos de sus partidarios calificarían sus discursos de satíricos, irónicos y críticos. Pero desde el punto de vista periodístico, cualquier radioyente con un mínimo de sentido común percibe la poca seriedad del programa y su poca veracidad informativa.
Además, como él verdaderamente se regocija trabajando es juntándose con sus amiguitos, afines todos políticamente, para despellejar a diestro y siniestro a todo aquel a quien deciden poner en el punto de mira.
Si a todo esto le unimos la capacidad de invención, exageración y manipulación de este personaje, que no tiene límites, da a uno que pensar, si lo suyo hubiera sido, en vez de dedicarse a la información, hacer películas o cuentos de terror, por su afán de que todo lo que no bendice, este destinado a la destrucción y al caos más absoluto.
También es paradójico el uso extensivo de silencios y preguntas retóricas del que se sirve en su programa, para intentar dar más credibilidad a sus discursos, haciéndose la víctima y endiñando toda desgracia o tragedia a cualquier ciudadano que no sea de sus ideales políticos. Esto genera que todo programa en el que colabora sea un show deprimente y que a uno escuchándole le entren picores.
Tristemente, creo que todavía, nos esperan muchos años de polémicas suscitadas por este personaje tan controvertido. Espero que por gracia divina, como ya hizo al cambiarse la chaqueta del Partido Comunista, al Partido Socialista Andaluz y finalmente al Partido Popular, con el tiempo, le de por otra cosa y deje apartada la política porque ya lleva mucho años, y en estos últimos sobretodo, la cosa ha empezado a oler bastante mal.

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